GREGORIO y LUIS BERROCAL LEON
En el tiempo comprendido entre los años 1920 y 1925, muchos huayanos se habían atrevido venir a Lima, (semanas de viaje a lomo de bestia), entre ellos los hermanos de mi abuelo José; Canción y Gaspar Berrocal Gomero. Ya en el año de 1930 Augusto B. Leguía que había gobernado al Perú por 15 años, era derrocado por el asesinado presidente Teniente Coronel E.P. Luis Miguel Sánchez Cerro. En aquel año los hermanos Berrocal Gomero y otros coterráneos afincados en su mayoría en el distrito de la Victoria, fundaron la Asociación Hijos de Huayán.
Pocos años residieron los hermanos Canción y Gaspar Berrocal Gomero en Lima, sin embargo en ese breve lapso nacieron los hermanos Luis y Gregorio en La Victoria, mientras que José y Alicia Berrocal León nacieron en Huayán.
Aun cuando usaban pantalones cortos “Lucho“ y “Goyo” llegaron con sus padres y vivieron en amor de su Huayán inconmensurablemente; habitaron una solariega casa cerca a la plaza principal, tenía un huerto que servían de escenario a las travesuras de los chicos, allí aprendieron su instrucción primaria y estudiaron la secundaria en Aija. Más tarde ya adolescentes retornan a Lima, viven por muchos años en Lince a media cuadra del aquel entonces “bosque mata mula”. Hoy revaloro y confieso que fui admirador secreto de mis tíos “LUCHO y GOYO“ como solíamos llamarlos.
En los años cincuenta, la euforia del fútbol en Lima se había concentrado en la juventud, tenían vigencia los legendarios equipos Alianza Lima, Universitario de Deportes, Cristal, Boys, Municipal, Mariscal Sucre, Centro Iqueño entre otros. En nuestra sociedad plagada de cambios y evoluciones, que tiraba más hacia el mestizaje cholo, proveniente del Perú profundo lanzado hacia la costa, la capital sus zonas antiguas Barrios Altos, La Victoria y las barriadas, se gustaba mucho del futbol. Desde aquellos años la Asociación Hijos de Huayán participaba en los eventos futbolísticos llevadas a cabo en el gramado del Club Obrero en la victoria. Posteriormente en los años sesenta cuando empezaba a estudiar mi secundaria en la Gran Unidad Escolar “Melitón Carvajal “ concurría a los campeonatos interdistritales llevadas a cabo en ese centro escolar o en el Alfonso Ugarte que contaban con un estadio reglamentario.
“GOYO MEJORAL” con el número diez que por su seguridad y confianza fue considerado como uno de los mejores mediocampistas del balompié, fueron campeones consecutivamente por muchos años. Al termino de los partidos de futbol se celebraba en gran júbilo cada victoria; a Goyo le pusieron el sobrenombre de él “PERCAL”.
Aun llevo vivo el recuerdo cuando la Junta Directiva de la Asociación Hijos de Huayán organizaba las grandes fiestas en el local de la Federación de Choferes de la Victoria. Aun adolescente, me las ingeniaba para ingresar a la fiesta al lado del tío “Goyo” quien vestía de terno oscuro, siempre llevaba puesto en el ojal del saco un clavel rosado y tenía en el bolsillo un par de pañuelos blancos para que cuando bailara el huayno prestara una a su pareja; a “Lucho” en cambio le gustaba vestir siempre con ternos de colores claros. Así como ellos, los asistentes cumplían rigurosamente con la tarjeta de invitación “caballeros terno y damas vestido elegante”.
Las fiestas eran animadas con tocadiscos que deslizaban sus púas sobre los discos de vinilo. Estaba en su apogeo la sonora matancera y se puso en moda la canción “PERCAL“, sobrenombre del tío “Goyo”, que quedaría impregnado hasta los últimos días de su vida; esta canción que era romance y pasión era la carta de presentación de “Goyo”...
¿Te acuerdas del percal?
Tenias quince abriles, anhelos de sufrir y amar,
de ir al centro, triunfar
y olvidar el percal.
Percal...
La juventud se fue...
Tu casa ya no está...
tu percal y mi pasado.
La juventud se fue...
Yo ya no espero más...
Llorar...
¿Por qué vas a llorar?...
¿Acaso no has vivido,
acaso no aprendiste a amar,
a sufrir, a esperar,
y también a callar?
Percal...
Son cosas del percal….
”Goyo”, tarareaba y bailaba con ese swing arrabalero, aquella guaracha cantada por el bigotón Bienvenido Granda y se contorneaba, zapateaba el clásico huaynito. Se escuchaba también el “cha cha cha” de Dámaso Pérez Prado o “las mujeres sin conciencia” del trío La Rosa, también “preparen candela“ de los compadres. Fueron tiempos de bonanza económica, muchos huayanos supieron aprovecharlo y, el tío Goyo no fue la excepción, no se hizo de una profesión, pero llego a ser un ebanista calificado que formo su propia empresa.
En Lima se hizo de tres propiedades, una en la perla donde vivía con su familia (tuvo dos hijos que viven en Nueva York), otra que le serbia como taller de trabajo, y la tercera cerca a la Urbanización Naranjal para encontrarse los fines de semana con los paisanos y concurrir devotamente a las reuniones habidas en la Asociación Hijos de Huayán de quien fue socio por más de 30 años.
Las horas, los meses y los años pasaban cual hoja que es llevada suavemente por la corriente, y en el año de 1990 “Goyo” viajo a Huayán por última vez, pues había sentido un sincope en el pecho; un presentimiento le decía que su viaje a su Huayán Querido tocaba a su término. En Lima los médicos le advirtieron que ya no podía permanecer a más de mil metros sobre el nivel del mar (1000 mts. snm). Había encanecido, aparecieron los pliegues en su rostro y antes de cumplir los 80 años los galenos le diagnostican una enfermedad mortal.
Fatigado y consumido lleva un extremo cuidado en su salud y precisamente en el mes de Diciembre celebra su ultimo cumpleaños; hace una invitación a la colonia huayana para almorzar en el restaurant “El Bolivariano“, ubicado en el distrito de Pueblo Libre, la concurrencia fue multitudinaria, estaba acompañado de su hermano el flaco “Lucho“, ahí estaban sus familiares, ahí estaban sus amigos, ahí estaban también sus detractores acompañándolo en vida por última vez.
Un día antes a la navidad fui a visitarlo a su casa en la perla, hablamos como dos viejos amigos, recordando los mejores momentos de su agradable existencia, los tiempos vividos intensamente. Lo noté demasiado fatigado, sin fuerzas, cerca de la muerte, a la que “Goyo” como cualquier ser mortal temía de un modo tan excesivo. El 09 de Enero del 2010, aspiro el aire profundamente, pero no se acabo su aspiración, la falta de aliento le aprieta la garganta, se puso rígido y murió.
Aníbal Neyo Berrocal Vergara.
PosData: Parte II continuara con la vida del “Flaco Lucho”
....HUAYAN..
ResponderEliminarHERMOSO PUEBLO TIERRA DE MI MADRE Y ABUELITOS....