
Llegada la época de la siembra, aparte de los quehaceres mencionados, se agrega el hecho de preparar los alimentos muy temprano, acompañar al esposo a la chacra y realizar juntamente los trabajos del campo, puede ser guiando a los bueyes mientras el esposo abre los surcos con el arado, echar la semilla o simplemente con la “racua” romper los trozos de tierra (tíca). También hay casos en que ellas se quedan cocinando y a la hora del almuerzo (12.00 en punto), llegar con la cantidad necesaria de las raciones para el esposo, los hijos y los peones (abundante sopa a base de “cuchipacaran” con trigo resbalado entre otros). Lo mismo sucede en la época del “deshierbo” y también en la época de la cosecha, en la que específicamente su tarea con “pichana” en mano es separar el grano de la paja y las piedritas.

Esa es la imagen de la madre huayana, de una madre
netamente campesina, luchadora, trabajadora, que nunca está ociosa, que en su
vida ha tenido hijos sabiendo que muy pronto partirán a otras ciudades a
buscarse la vida, a estudiar, a triunfar. Sean malos o buenos siempre serán sus
hijos, que al recordar les lloraran, pues algunos como se dice: “escaparon” en
la madrugada luego de una tunda por malcriado, para luego de años regresar ya jóvenes
y maduros, con otro semblante y con plata. De ello se sentirán orgullosas.
También es algo real, que algunas muy jóvenes salieron
de nuestro pueblo para trabajar en la capital, sufriendo condiciones
de discriminación, explotación y pobreza, en algunos
casos sin reconocimiento de ninguna
clase, tal vez sin paga por sus servicios. Esas mujeres que por años fueron "mucamas" o servidoras domésticas gratuitas de las grandes casas, algunas
triunfaron, formaron sus familias y se quedaron definitivamente en la capital,
algunas regresaron a su tierra querida, reinsertándose nuevamente en los
quehaceres cotidianos, dicen que la tierra te jala, por eso pensamos que llegada
cierta edad regresan a su tierra, para finalmente unirse a ella.
De todo lo antes señalado, podemos concluir que la madre
huayana es principalmente protagonista de un triple rol: una de ellas es el papel incuestionable en la reproducción de la familia, el otro es en la
producción agrícola y ganadera, y finalmente, cumple con los roles de educar a sus hijos y también los comunitarios,
pues es capaz inclusive de tener cargos de autoridad.

Si aún no eres madre, recuerda que muy posiblemente un día tú
misma lo serás también, llegará el día que entregues todo por tus hijos, y así
como quisieras que ellos lo aprecien y valoren, tu madre también lo merece.
FELIZ DÍA MADRE HUAYANA!!
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