Como todos sabemos, la Semana Santa, se celebra en forma solemne para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
En Huayán, este rito religioso tiene sus rasgos muy peculiares, de acuerdo a la idiosincrasia del lugar.
La solemnidad de la Semana Santa se inicia el domingo de Ramos en un lugar especial llamado “La Capilla”, donde ensillan a un pollino, en el cual cabalgará la imagen de Jesús. En dicho lugar el sacerdote bendice las palmas y los olivos que han sido obsequiados por un funcionario llamado “Llavero”. Desde allí se inicia el triunfal recorrido por un sendero, adornado y decorado con plantas; este cortejo termina en la Iglesia, donde se oficia una misa solemne.
En el curso de estos acontecimientos se estila una costumbre muy curiosa: los adolescentes les arrebatan a las muchachas algunas prendas como bufandas, peinetas, binchas, etc., para depositarlos en manos de un funcionario: Posteriormente una persona que oficia de “Judas” hará las devoluciones como parte de su “Testamento”.
Terminada la misa, el personaje llamado “Llavero”, que es el funcionario principal, se identifica exhibiendo una gran llave, que cuelga con una cinta en el pecho, invita a los feligreses a pasar a su casa, donde les espera una gran mesa servida con los famosos panes de maíz, roscas, los ricos bizcochuelos, frutas y la típica “mazamorra de los siete sabores”, una delicia especial de la región. Pero, aquí se presenta un detalle interesante: los vecinos, en medio de un gran suspenso esperan el pronunciamiento de un “voluntario”, que se compromete a cargar con la gran responsabilidad de ser el “Llavero” para el próximo año.
El Viernes Santo es el día de gran recogimiento y reflexión, porque se recuerda la muerte de Jesús en la Cruz, se desclava la imagen de Jesús crucificado, guardándola en el Santo Sepulcro; acto seguido sale la procesión, recorriendo las “amarguras” del pueblo de Huayán, culminando todo esto en la madrugada.

Este relato demasiado apretado, es la semblanza de las costumbres típicas de nuestro querido pueblo de Huayán, que siempre debemos conservar como parte del acervo cultural de nuestro Perú profundo. (Escrito por Ofelia Castillo Cerna – Revista Huayán)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta y escribe sobre Huayán