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EVALUAN ELECTRIFICAR "IRMÁN" Y "HUALLI"

El Centro Poblado “HUALLI” y el Caserío de IRMÁN, del Distrito de Huayán, Provincia de Huarmey, vienen siendo evaluados para ser electrificados a través de Núcleos Ejecutores o dentro de la V Etapa del SER Aija - Cotaparaco.
Así lo dio a conocer el Ing. Alfredo Rivas Urbano, Jefe de Proyectos Norte de la Dirección General de Electrificación Rural del Ministerio de Energía y Minas, mediante Oficio N° 318-2010-MEM/DGER/DPR-JPN, al Despacho de la Congresista Helvezia Balta, en atención a su solicitud.
En la última Audiencia Pública realizada por la parlamentaria Helvezia Balta en la Provincia de Huarmey, recibió el pedido de las autoridades y pobladores del Caserío de IRMÁN y Centro Poblado “HUALLI”, quienes solicitaron su intervención a fin de poder ser considerados en el SER AIJA –COTAPARACO IV Etapa, pedido que fue atendido inmediatamente por la parlamentaria quien solicito al Ministerio de Energía y Minas, se brinde la electrificación a las referidas localidades. “Hemos logrado que el Ministerio de Energía y Minas, considere la posibilidad de electrificar a las localidades de “HUALLI” e IRMÁN a través de los Núcleos Ejecutores o dentro de la V Etapa del SER AIJA – COTAPARACO, continuaremos insistiendo hasta lograr que estos pueblos que tanto necesitan contar con servicios básicos para su desarrollo como es la luz eléctrica” manifestó Balta (Fuente: Periódico “El Ferrol” - sábado, 20 de marzo de 2010)

En Memoria de mi Amigo Adolfo Huayta Collas

Me he enterado con pesar, que mi amigo, promoción y mejor persona Adolfo Huayta Collas, cariñosamente conocido por nosotros como “Rinchiqui”, ha fallecido en Huarmey. Esta lamentable pérdida duele, porque el que escribe estas lineas conoció de cerca a Adolfo. Compartimos estudios primarios en nuestra tierra Huayán. Un chico inteligente, tranquilo y risueño. Deje de verlo un tiempo porque me vine a Lima, luego ya de mozos nos reencontramos y compartimos muchos momentos de alegría, siempre nos encontrabamos en el local de la Asociación Hijos de Huayán o en nuestro Huayán Querido para navidad. Me hablaba de sus proyectos, quería ser médico como sus tios, y la verdad luego me enteré con admiración, que había ingresado a la Universidad Mayor de San Marcos al programa de Medicina Humana. Así pasó el tiempo y perdi sus pasos por años, solo sabía que se había recibido de médico y estaba trabajando por Huarmey, luego en Chimbote; y, ahora esta mala noticia…
Esa muerte súbita, la que no avisa, la que aparece artera y arranca la vida sin preguntar, se ha llevado a mi amigo “Rinchiqui”, se que ahora ya no se va a molestar ni avergonzar que le diga “Rinchiqui” (esas “chapas” raras que a veces nos ponen en Huayán). Tenía una delicada manera de ser solidario sin hacerlo sentir, nunca lo vi indiferente a la adversidad de la gente, cercana o no, especialmente la humilde, siempre dispuesto a ayudar de manera desinteresada.
En esta hora de duelo, deseo refrendar sus valores en un homenaje. A manera de epitafio puedo agregar: Que era en extremo honesto, viviendo con intensidad su naturaleza de hijo único y luego seguro de esposo y padre, porque en verdad no conocí a la familia que formó; era muy sentimental para con su pueblo Huayán, se emocionaba al ver danzar a “Los Negritos”, cuando llegaba a Huayán de inmediato se iba a su querido “Pallayoc”, ahí tenía su casita de campo. Sabio a la hora de reconocer que nada forzado rinde frutos, gran profesional (médico), dejaba suficiente lugar para que cada uno de sus amigos encuentre su propia talla.
Creo que lo vivido a su lado de niño en el Colegio Primario de Huayán, ha calado muy hondo en mi, como para no sentir tanto la pérdida, sé que algo de él subsistirá para siempre en el recuerdo de sus amigos, porque nos dimos sin medias tintas, lo poco o mucho que nos dimos. Pronto estará veraneando en otros mares, no en el lugar donde la vida se le escapó. Si es así, si existe otra vida, me gustaría reencontrarme con Adolfo, compartir algun sueño que nos permita disfrutar de esa sabiduría que nace de la amistad.
Desde este humilde Blog, nos aunamos al dolor que debe estar afligiendo a su familia, en especial a su padre y a su señora madre ¡¡¡ DESCANZA EN PAZ AMIGO ADOLFO HUAYTA COLLAS !!!. Como dijo alguien por ahí: “ya nos encontraremos”.

LA SEMANA SANTA EN HUAYÁN

Como todos sabemos, la Semana Santa, se celebra en forma solemne para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
El Jueves Santo se recuerda la Institución de la Eucaristía, el Viernes Santo la Crucifixión, el Sábado Santo el entierro de Jesús y finalmente la Pascua de Resurrección.
En Huayán, este rito religioso tiene sus rasgos muy peculiares, de acuerdo a la idiosincrasia del lugar.
La solemnidad de la Semana Santa se inicia el domingo de Ramos en un lugar especial llamado “La Capilla”, donde ensillan a un pollino, en el cual cabalgará la imagen de Jesús. En dicho lugar el sacerdote bendice las palmas y los olivos que han sido obsequiados por un funcionario llamado “Llavero”. Desde allí se inicia el triunfal recorrido por un sendero, adornado y decorado con plantas; este cortejo termina en la Iglesia, donde se oficia una misa solemne.
En los siguientes días se realiza la procesión. El miércoles santo se realiza el emotivo encuentro entre Jesús y la Virgen Dolorosa. Este acto se produce en la esquina de don Fulgencio, donde las personas expresan su fervor religioso.
En el curso de estos acontecimientos se estila una costumbre muy curiosa: los adolescentes les arrebatan a las muchachas algunas prendas como bufandas, peinetas, binchas, etc., para depositarlos en manos de un funcionario: Posteriormente una persona que oficia de “Judas” hará las devoluciones como parte de su “Testamento”.
El Jueves Santo es el día más importante, se celebra una misa conmemorando la cena pascual, allí se destaca un gran arreglo decorativo llamado “monumento”, donde siempre se lucía la pasión artística de don Pragmacio Castillo.
Terminada la misa, el personaje llamado “Llavero”, que es el funcionario principal, se identifica exhibiendo una gran llave, que cuelga con una cinta en el pecho, invita a los feligreses a pasar a su casa, donde les espera una gran mesa servida con los famosos panes de maíz, roscas, los ricos bizcochuelos, frutas y la típica “mazamorra de los siete sabores”, una delicia especial de la región. Pero, aquí se presenta un detalle interesante: los vecinos, en medio de un gran suspenso esperan el pronunciamiento de un “voluntario”, que se compromete a cargar con la gran responsabilidad de ser el “Llavero” para el próximo año.
Después de un gran ajetreo y regateo entre los feligreses se elige y compromete al nuevo funcionario, es entonces cuando la banda toca la “diana” en señal de alegría y alborozo. Luego se inicia el compartir del ágape, donde se degustan los ricos platos típicos de Huayán.
El Viernes Santo es el día de gran recogimiento y reflexión, porque se recuerda la muerte de Jesús en la Cruz, se desclava la imagen de Jesús crucificado, guardándola en el Santo Sepulcro; acto seguido sale la procesión, recorriendo las “amarguras” del pueblo de Huayán, culminando todo esto en la madrugada.
Estas celebraciones llegan a su termino en la Pascua de Resurrección, recordando la victoria de Jesús sobre la muerte; oficiándose una misa a la 5.00 am: Terminada la misa aparece el “Judas”, que con parodias de gracia y humor se pasea previamente por las calles montado en un caballo, en este menester nuestro paisano Fortunato Berrocal hacia gala de un fino histrionismo. Luego se dirige a la plaza de armas, donde le espera el llamado “Huerto de Judas”, donde leerá su “testamento”, devolviendo las prendas que durante los días anteriores fueron arrebatados a sus dueños. Dichos festejos tienen mucho que ver con los deseos de prosperidad en la siembra, cosecha y cría de animales.
Este relato demasiado apretado, es la semblanza de las costumbres típicas de nuestro querido pueblo de Huayán, que siempre debemos conservar como parte del acervo cultural de nuestro Perú profundo. (Escrito por Ofelia Castillo Cerna – Revista Huayán)